9.25.2008

A parar a la comisaría.



En cuanto me di cuenta de lo que había sucedido, corrí hacia la estación de policía más cercana:
- Otra vez usted acá?
- Cómo le va, Sargento?
- Qué pasó esta vez?
- Lo mismo de siempre... Me robaron el corazón.
- (sorprendido) De nuevo?
- Sí - respondí, con vergüenza y sonrojada -
- No le he dicho ya que tiene que tomar medidas de seguridad?
- Sí, señor... Pero... Es inútil.
- Ay ay ay... A ver, cuentemé... Cuándo sucedió?
- Ni siquiera eso sé... Creo que dos semanas atrás
- Dos semanas? ... Y no se había dado cuenta?
- Sargento...
- Bueno bueno... Digamé... Cómo es el susodicho delincuente?
- Y... estatura mediana, de ojos profundos y mirada atrapante, sonrisa encantadora, manos cálidas, brazos acogedores, palabras mágicas...
- Creo que sé de quién está hablando pero... Está usted segura de que es él?
- Sí, señor... Completamente segura.
- Bien... Voy a encargarme personalmente de esto. Y de inmediato.
- Gracias... De verdad, se lo agradezco mucho.
- No hay de que - sonríe para aliviarme, y se aleja -
- Sargento Valentín...
- Sí señorita, digamé
- Pídale que me lo devuelva



Josie

a lonely swallow

2 comentarios:

Gise dijo...

ay me encantó...

super tierno :)

mi corazón lo tiene alguien que ya no está en mi vida... :(

Ignacio Reiva dijo...

Genial, pero no creo que la policía pueda hacer mucho. Un beso.